Aprendiendo a entrenar
Aunque entrenar se está convirtiendo (cada vez más) en un campo muy avanzado, lleno de tecnología y novedad, no debemos olvidarnos de la esencia que gira en torno al entrenamiento: Aquella que une al deportista y entrenador para conseguir objetivos y metas en común.
Por ello, queremos dejar unas pequeñas pautas a seguir cuando entrenéis con un preparador físico/entrenador, que os ayudarán un poco más a mejorar y crecer en el deporte que practiquéis.
1- Elabora un calendario de competiciones u objetivos adecuado: Habla con tu preparador, plantea unos objetivos y metas acordes a tu nivel de condición física y sé realista. Ser ambicioso y querer pasar de la A a la Z en una temporada es muy complicado. Probablemente tu entrenador te ayudará a poner los pies en el suelo.
2- A la hora de establecer objetivos, has de saber cuáles son tus puntos fuertes y cuáles tus puntos débiles, qué debes mantener, y qué mejorar. No desesperes haciendo aquello que menos te gusta entrenar.
3- Sé constante; no seas "campeón de invierno". De nada vale comenzar la temporada obsesionándonos con el entrenamiento y estar en plena forma para que a mitad de año estemos quemados y sin ganas de entrenar.
4- Comunícate con tu entrenador, ¡Para eso está! No tengas miedo a comentarle tus inquietudes, dudas y sensaciones acerca de tu entrenamiento. Hoy día contamos con la ya famosa herramienta TrainingPeaks, que nos permite poner nuestras sensaciones y/o anotaciones tras cada entrenamiento, lo que permite al entrenador de un vistazo comprobar tu actividad y saber de tu sensación tras la misma.
5- No cometas el error de no querer descansar. Son ya varios los deportistas que nos dicen si en los días de descanso obligatorio (entre varios picos de forma o tras una larga temporada) pueden montar en bici o hacer otras actividades intensas. Sabemos que en ocasiones es complicado, pero debéis entender que el descanso tiene un fin, y es que recuperéis tanto física como mentalmente.
6- No respetar el esquema de entrenamiento y/o hacer varias sesiones el mismo día por “salvar” el entrenamiento perdido del día anterior. En muchas ocasiones se puede jugar con el día de descanso y cuadrar de nuevo los entrenamientos. No obstante, mejor perder un día que perder varios por el sobreesfuerzo que te cause hacer lo comentado. En estos casos lo mejor es hablar con tu entrenador (punto nº2)
7- Obsesionarse con aspectos secundarios y no priorizar el entrenamiento. Cuidar entrenamiento, alimentación y descanso son las claves. Centrarnos en ganancias marginales con material, o en “¿qué tomar?” como suplemento para entrenar no debería ser lo prioritario. Creednos, el secreto reside en lo primero, todo lo demás debe dejarse en un segundo plano.
8- Creer que lo que hace tu compañero de grupo puede venirte bien a ti. Cada persona tiene su preparador, sus objetivos y sus pautas de trabajo, establecidas en base a las características del mismo. No entrena igual un corredor experimentado que alguien que acaba de empezar, y por supuesto, no puede aguantar la misma carga de trabajo, sin contar que, seguramente, vuestros objetivos probablemente sean distintos.
9- Ojo con los entrenos en grupo. No quiere decir que siempre salgas sólo, pero siempre teniendo conciencia de cuáles son tus ritmos y cuáles tus límites.
10- Aprende a hacer intervalos (series). Con la llegada del potenciómetro al usuario de a pie este inconveniente se ha solucionado, ya que se prescribe la actividad a los W exactos que se deben realizar en cada intervalo (ver entrenamiento por pulso vs w). No obstante, una forma de simular este tipo de entrenamiento es aprendiendo a conocerse y saber que si debemos llegar en un intervalo a 180ppm, no hay que salir a tope, sino tratar de llegar a ese pulso de forma progresiva tratando de ir a una intensidad constante que nos permita hacerlo de manera estable y sin salirnos de las zonas de intensidad. El pulso no hace que mejores, la intensidad real (W) a la que ruedes sí.
Y lo más importante… ¡NO OLVIDES DISFRUTAR!