Biomecánica: ¿solo mover tornillos?
Ya son varios meses los que han pasado desde que decidimos implantar el ajuste del posicionamiento del ciclista entre nuestros servicios. Meses que nos han servido para, poco a poco, comenzar a crear un procedimiento de trabajo.
No solo por formación académica, sino por inquietud y pasión por lo que hacemos, nos lleva a preguntarnos en determinadas ocasiones qué provoca una dolencia/lesión, qué conseguimos tras un ajuste y qué sucede varios días/semanas después de un posicionamiento.
Es por ello que intentamos estar en contacto con los ciclistas, incluso varías semanas después del estudio.
En general podemos resumir los diferentes casos que podemos encontrar en función de la necesidad real del ciclista:
1 - Posicionamiento general. Ciclista que no muestra dolencias y quiere optimizar su posición.
Nos centramos en la búsqueda de la posición ideal en base a los requerimientos del tipo de modalidad que practica y sus características anatómicas y/o funcionales.
2 - Ciclista que presenta molestias y tras el análisis inicial determinamos que es probable que exista una posición incorrecta que provoca dicho dolor o que el tipo de material que posee no es el adecuado.
Cambio de posición y seguimiento posterior. Habitualmente el ciclista durante el proceso ve como sus dolencias van siendo atenuadas e incluso eliminadas.
3 - Ciclista con molestias y/o proveniente de una lesión.
Tras la valoración anatómica inicial y dar con el posible origen del problema, realizamos el ajuste de la bicicleta y un posterior seguimiento de su evolución trabajando en conjunto con fisioterapeuta / osteópata / podólogo en función de las necesidades requeridas.
Es en este tercer caso, donde observamos que se rompe el tópico "hay que ajustar la bici al ciclista" y hay que ir más allá. En estos casos, el deportista tiene que poner de su parte, ya sea haciendo incidencia en un gesto técnico determinado (en ocasiones muy complicado) o realizando ejercicios compensatorios y/o preventivos, yendo más allá del siempre recomendado trabajo de Core y flexibilidad. Este trabajo de readaptación física, es llevado a cabo en conjunto con diferentes profesionales que aportan una perspectiva crítica y objetiva.
¿Un ejemplo de este tercer caso?
Deportista que tras salir de una lesión de rodilla durante el pedaleo de manera inconsciente trata de "proteger" dicha articulación utilizando de forma más acentuada la acción del pie/tobillo y detectamos una posible sobrecarga en tibiales y tríceps sural (gemelos/soleo).
No solo se plantean ejercicios para el fortalecimiento de la musculatura lesionada en dicha articulación sino que también se trabajará sobre la musculatura que se sobrecarga en la acción del pedaleo.
En nuestro caso, esta última parte la realizamos junto a osteópatas, fisioterapeutas y compañeros Graduados en Ciencias del Deporte, haciendo nosotros una primera valoración para, posteriormente saber su opinión y entre ambos llegar a una conclusión sobre cómo actuar.
Con esto pretendemos romper tópicos e ir más allá. Día tras día aprendemos algo nuevo y motivante, lo que nos lleva a estar cada vez más convencidos de que la "biomecánica" es un tema demasiado complejo como para reducirlo sólo a "cuadrar" angulaciones en el ciclista.